Faltar el Punto
Aquí estamos otra vez, intentando figurar de cuál hacer después. Era un salto que intentaba reunirse todavía, a pesár de todo que se sucede ya, y a pesár de todo que será a ocurrir. Era probablemente más el concepto equivocado en mi cabeza— que este vez, él será diferente; que este vez, él será mejor. Y entonces trago otra vez mis orgullos y dudas, intentando convencerle que sea realmente un individuo agradable, un persona de mérito, un hombre cambiante. No puedo negar que tomaste un salto también; que habíamos tomado el salto conjuntos.
Pero el problema con conceptos en mi cabeza es que estan demasiado ideales y demasiado perfectos. Y como con todos cosas que sea ideales y perfectos, al fin, uno acaba decepcionado y descenso.
Y por eso, aquí estamos otra vez, en al borde de otro silencio frío, descubriendo el que ha estado mirando fijamente nosotros en la cara desde que: que tenemos relacion que, de largo desde, ha prescrito.
No, no está debido a la gente alrededor de nosotros. Y ni uno ni otro es él una falta del deseo en nuestras partes. Simplemente (y absolutamente tristemente), es nosotros— cómo tratamos de uno a otro, cómo no somos cómodos con nuestros historias; cómo no estamos seguros de nuestros futuros.
Entonces, por favor, no me digas que yo no intenté bastante, porque lo hice mucho. Más que puedes imaginarse. No me digas que no pensé de ti, porque lo hago, cada vez que yo soy solo o asustado o el lastimar. No me digas que me odias, cada pulgada y el alma de mí, porque yo sé que estás diciendo esto solamente porque estás enojado, o porque no sabes qué hacer también.
No me digas todas estas cosas, porque me demuestra que has faltado el punto de los dos de nosotros. Porque cada vez que dices estas cosas, me recuerdas que no tenia nunca razon sobre ti, en la primera vez.
Pero el problema con conceptos en mi cabeza es que estan demasiado ideales y demasiado perfectos. Y como con todos cosas que sea ideales y perfectos, al fin, uno acaba decepcionado y descenso.
Y por eso, aquí estamos otra vez, en al borde de otro silencio frío, descubriendo el que ha estado mirando fijamente nosotros en la cara desde que: que tenemos relacion que, de largo desde, ha prescrito.
No, no está debido a la gente alrededor de nosotros. Y ni uno ni otro es él una falta del deseo en nuestras partes. Simplemente (y absolutamente tristemente), es nosotros— cómo tratamos de uno a otro, cómo no somos cómodos con nuestros historias; cómo no estamos seguros de nuestros futuros.
Entonces, por favor, no me digas que yo no intenté bastante, porque lo hice mucho. Más que puedes imaginarse. No me digas que no pensé de ti, porque lo hago, cada vez que yo soy solo o asustado o el lastimar. No me digas que me odias, cada pulgada y el alma de mí, porque yo sé que estás diciendo esto solamente porque estás enojado, o porque no sabes qué hacer también.
No me digas todas estas cosas, porque me demuestra que has faltado el punto de los dos de nosotros. Porque cada vez que dices estas cosas, me recuerdas que no tenia nunca razon sobre ti, en la primera vez.